La historia de los timones de barco

La preciosa rueda que conocemos como timón de barco y que sirve para llevar la dirección de los navíos tiene mucha historia, ¿quieres conocerla?

Conceptos: timón y timón de rueda

Timón

Aunque estamos acostumbrados a hablar de timón cuando nos referimos a la rueda, al mando, al volante del barco, lo cierto es que no es así. El timón es el mecanismo que sirve para maniobrar de manera que un transporte que se mueve por un fluido pueda cambiar de dirección.

Es decir, se trata de todo el dispositivo que se utiliza para ello, independientemente de que el viraje se lleve a cabo con una rueda o con cualquier otro elemento por parte del timonel.

Sin embargo, el término se acepta en la actualidad para hacer referencia a la rueda de timón.

Rueda de timón

O timón de rueda; lo mismo da que da lo mismo. En esta ocasión SÍ hablamos de la rueda con mangos que el timonel utiliza para hacer girar el navío cuando corresponde.

Se trata del volante que todos hemos conocido por películas, una rueda con cabillas (o un conjunto de ellas) que sirven para, girándola, cambiar el rumbo accionando un sistema de cables y poleas.

Sin embargo, no siempre ha sido así. Desde hace siglos y siglos los barcos se han movido a "nuestro antojo", pero no siempre se ha hecho con la rueda de timón.

Historia de los timones de barco

Para dirigir los navíos en la historia antigua se utilizaba un gran remo instalado en la proa. Sabemos que, como mínimo, en el tercer milenio antes de Cristo los persas ya se valían de este mecanismo. Siglos después los romanos hacían lo propio.

Aunque cambiaba la sujeción del gran remo al barco, los chinos también utilizaban, en el tercer siglo después de Cristo, un sistema similar de viraje.

En Europa se lograban invenciones similares en paralelo.

El gran avance se produce con los timones romanos.

Estos consisten en dos cañas horizontales. Se giraba la de la banda que deseábamos que cayese y la otra se mantenía.

Alrededor del siglo III dC empieza a utilizarse el timón lateral único, instalado a un lado de los navíos.

Este fue toda una revolución pues los mares se surcaban con vientos de popa. El problema llegó cuando nuestros antepasados se interesaron por navegar viento a través.

Fue alrededor del año 1700 que los barcos comenzaron a incluir los timones tal y como los conocemos. Eso sí, como curiosidad, decir que al principio el giro era inverso. Se modificaron en este aspecto, y poco más hasta la fecha.

En la actualidad los navíos se construyen con joysticks. Los timones de barco han pasado a tener un uso decorativo. Aunque, eso sí, la mayoría de barcos útiles del momento aún se valen de este preciado recurso náutico que tanto nos gusta.

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