Las caracolas o conchas de mar, decorando nuestra vida
Hay una creencia popular de que las caracolas guardan en su interior el sonido del mar, por ello el gesto más común al tener una en nuestras manos es acercarla al oído y sentir la ilusión acústica que nos trasporta a días de sol y playa, a momentos de la infancia o a atardeceres en la orilla.
Y es que las conchas de mar tienen atributos calmantes y relajantes, la acción que producen al friccionarlas suavemente con la piel tienen un efecto sedante que devuelve al cuerpo el equilibrio energético, por lo que actualmente son usadas para realizar masajes en spas y centros estéticos, convencidos de la armonía que produce tenerlas a nuestro alrededor, en la mesa de trabajo o sobre la repisa de la cama.
Desde siempre estas caracolas de mar se han utilizado como objetos decorativos en los hogares, en las casas de playa, sobre la chimenea, en el cuarto de baño...
Hoy día la decoración con conchas marinas va más allá, adquiriendo mucho protagonismo en la ornamentación de cualquier estilo decorativo y siendo muy recurrentes para los profesionales de este sector.
Una casa moderna, vintage o con el tan actual y solicitado estilo nórdico, se realzará si incorporamos en ella la belleza de la naturaleza a través de la decoración con caracolas.
Continuamente surgen nuevas y originales ideas para decorar con conchas de mar pues dan para todo lo que nuestra imaginación sea capaz de crear.
Se pueden usar como portavelas, haciendo las veces de un jarrón, estarcidas en un mantel, para marco de espejos, en los fondos de peceras o acuarios, para sujetar las puertas, como tiradores en los cajones, decorando los escalones o en habitaciones infantiles, donde el estilo marinero hará que en ella sucedan infinitas historias de piratas y bucaneros.
Hay infinidad de posibilidades para hacer uso de las caracolas y con la particularidad de que se adaptan a cualquier estancia, en baños, dormitorios, salones, recibidores, cocinas y también en el jardín, ya que se pueden utilizar para decorar bordeando las macetas, para resaltar un rincón especial colocándolas sobre guijarros entre las plantas o, si son de gran tamaño, se puede hacer uso de ellas como la propia maceta, en la que unos cactus plantados darán distinción a nuestro oasis particular.
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