El lobo de mar
Recuerda que cada vez que compres un objeto náutico, estarás comprando una pequeña historia, la experiencia de alguna persona que por primera vez vivió esa aventura en el mar. No pierdas nunca la oportunidad de preguntar por el origen de cada barco, cada faro, cada escafandra, cada objeto que llame tu atención.
Hace ya un tiempo entró un viejo marinero en la tienda, venía sin prisa, se paraba en cada uno de los objetos que tengo en la exposición y meditaba por unos instantes antes de poner su atención en el siguiente. Era tal la curiosidad que yo sentía por los pensamientos que ocupaban la mente de aquel hombre, que tuve que preguntarle qué era lo que le mantenía tan concentrado. Me dijo que cada una de las maquetas de barcos que veía, cada uno de los pequeños faros, cada uno de los nudos representados en los cuadros tenía una historia digna de ser contada y transmitida de generación en generación. A partir de ahí cambió el enfoque que tenía de mi negocio y ahora sé que no sólo vendo objetos de decoración náutica, ahora sé que vendo una porción de historia.
Esa experiencia con el marinero me dejó marcado y quería compartirla con vosotros. Sé que muchas de las personas que visitan mi página web, son amantes del mar, y en sus objetivos está llenar su hogar de sabor marinero, salino, cálido, veraniego, misterioso y de todas aquellas sensaciones que produce este mundo azul. Ahora que afortunadamente todos los indicadores afirman que estamos saliendo de la crisis, te invito a que retomes ese deseo que tenías de decorar tu hogar y añadas a ese encanto náutico un trocito de historia.
Recuerda que cada vez que compres un objeto náutico como sextantes o escafandras , estarás comprando una pequeña historia, la experiencia de alguna persona que por primera vez vivió esa aventura en el mar. No pierdas nunca la oportunidad de preguntar por el origen de cada barco, cada faro, cada escafandra, cada objeto que llame tu atención.
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